viernes, 11 de julio de 2008

Unas manos.

Lo primero que me ofreciste fueron tus dos manos como cofre de afectos, manos con una larga y dura vida, el tiempo dejó en ellas la impronta de su cruel y lacerante paso.
Una vida sostenida por tus manos, manos que sostuvieron otras vidas, manos llenas de amor, sin pedir nunca una respuesta a tu generosidad, la vida, azarosa y caprichosa ruleta, casi siempre ingrata con la generosidad, tus manos, frías manos, tanto calor entregado y solo recibes el frío de la ausencia.... ¡ten! toma mis manos y deja que fluya por ellas el calor de mi afecto, afecto sincero, de dentro a fuera, golpeando mis venas queriendo mi sangre bañar tus manos ya calientes, tu sonrisa, tu lejana sonrisa, serena sonrisa compañera de viaje de tu profunda mirada, tan honda mirada ...
Paseo la noche, en el cielo luce una nueva y cálida estrella.

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