Navidad, navidad...

Estos invernales días en los que comienza a oler a navidad, pues resulta que estoy espeso, no por vagancia mental, sino por exceso de vivencias, emociones no esperadas, cosechas de cariño en grado inesperado, en fin, que este año tengo muchas más ganas de mostrar mis deseos de paz a tantas personas que ya conocía, a tantas personas que he descubierto, a tantas que recordar desde el cariño..., este breve escrito no es una excusa de pereza, solo es navidad y he jugado a poner cara a tantos seres que deseo acoger en mi virtual abrazo que quizás alguien pudiese extraviarse..., abro mis brazos junto al deseo de una feliz navidad y una vida llena de paz para todos.
Que el espíritu de la navidad inunde nuestras vidas.

Para ti, viento amigo...

En la vida surgen pequeñas secuencias que nos muestran con toda claridad lo someras que habitualmente son nuestras valoraciones de afecto, amistad, respeto..., es como el fiel cierzo, que nos barre con toda su fuerza y nunca sabemos si nos empuja o nos abraza, su aparente brusquedad quizás encierra una gran humanidad y de ello estoy seguro..., pasaste por mis lares y te abrí puertas , ventanas, mi amistad, acaso refrendada en tu manifiesto interés por alguna alteración de nuestra dulce espera, en este caso doble feliz espera.

Te vi llorar es un tema real de mi entorno de amistad, gente muy querida y que como en tantos casos sufren profundamente un gran dolor que casi destroza sus vidas y más si se ama sinceramente a ambas partes por igual.

Viento amigo, quizás ni recuerdas que me empujaste a estas páginas, aquí crecí con mis vuelos sobre viento amigo y siempre he sabido donde encontrarte, en la sierra y en el valle siempre has crecido..., incluso en amistad.

Te vi llorar...

He visto tus lágrimas de corazón profundamente herido, me has llamado y me has asustado con tu querer saber si yo sabia..., te he preguntado sobre un abanico de posibles causas de tu desazón y ni por asomo sabia de tu dolor, dolor de estallidos emocionales, dolor de grandes preguntas, dolor de balbuceos por respuestas, más dolor que añadir a donde apenas queda espacio para más dolor..., y que decir de tu sollozante explicación de corazón dividido, tanto sufres y tan poco consuelo encuentras en mis palabras amigas..., corazón dividido, tanto que buscas en mis palabras un atisbo de justificación de lo acontecido, y torpe de mi que solo te ofrezco mi sincero abrazo, el viento y el frío nos azotan sin nosotros notarlo, tanto es tu dolor y mi reciente tristeza del saber...
Carne de tu carne que abandona el nido construido con tanta ilusión, dejando atrás toda una vida llena de alegrías, de amores ya marchitos..., corre tras los cantos de sirena..., pobre el cuando sus brazos solo abracen volutas de humo, de falsa ilusión.
He visto tus lágrimas que han humedecido mis manos, me has hecho pequeño con tu dolor en mi incapacidad de aliviarte, con mucho pesar y con lágrimas en los ojos te vi marchar a solas con tu dolor, calle abajo el viento se arremolina como queriendo secar tus lágrimas y acompañarte en tu dolor de madre...

Amedia tarde...

Es fría la tarde, fea y desapacible, es una de esas tardes en que ni siquiera estás cómodo en tu asiento habitual..., la tele, para qué?, intentas la lectura y solo consigues el que las letras bailen ante tus ojos, entonces escucho unas notas musicales que forman parte del inicio de una bonita melodía creada para dar la bienvenida..., es preciso estar muerto para no sentir la aceleración de la sangre en las venas, es una incitación al rock, ¡bienvenidos! de M. Ríos, rock ibérico sin necesidad de balbuceos de frases incomprensibles en un rufianesco inglés, esas notas que de forma creciente te inundan hasta sentirte vital..., como tantas veces, escuché el concierto en su totalidad..., ya no me importaba la tarde, solo sentía, recordaba aquellos años, solo recordar y pensar lo que duelen los recuerdos, vivencias recordadas en la certeza de una lejanía agrandada por el paso del tiempo..., sentí nostalgia..., dejé que mis manos buscasen al poeta de la pampa J. Cafrune, su voz rota por la verdad de su canto libre, canciones..., una mano amiga se apoyó en mi hombro y mi mano sobre su mano...

¡Hola chiquitín!.

Es diciembre, se acaba el año en el suspiro de un deseo por alcanzar, en la esperanza de una próxima primavera donde materializar tantos sueños de futuro..., y te he visto, te he mirado y te he visto como solo se ve desde el cariño, plácido en tu estar, confiado en tu saberte querido y deseado, fruto de un quererte ver, como premio de un sentido amor.
Verte en un simple papel inanimado..., es igual, el pellizco emotivo se produce de igual forma, nuestro cariño se basta y sobra para animar en nuestros ojos a tu figura impresa, y acaso pensamos en tantas circunstancias felices en tu entorno..., ¡pero chiquitín, tú a lo tuyo!, tomate tu tiempo, descansa, pues solo el cariño te espera.
Te hemos soñado hasta sentir tus pequeñas manitas en nuestras caras de dichosos abuelos, te hemos..., tantas cosas..., tomate tu tiempo, todo el cariño te aguarda.

Miedo a ser libres.

Tenéis tanto miedo a la libertad que solamente sois capaces de hablar desde la oscura y fría boca de vuestras pistolas, vuestros argumentos son vuestros miedos a la tolerancia, y el motivo de vuestras vidas..., la muerte gratuita y cobarde.
Solo sois muñecos de un guiñol infernal del que hasta ignoráis incluso el final del hilo que os hace moveros, un guiñol solo posible en esta sociedad hipócrita revolcada en el fango del egoísmo, de la falta de solidaridad, de la justificación de los medios usados para alcanzar bastardos fines..., tras vuestros asesinatos y pasada la sorpresa inicial, pasamos sin pausa a las vacuas y repetidas palabras, como si fuesen los balidos del rebaño de ovejas que tras el ataque animal se agrupan y afanan en su pastar..., ¡pobre país!, tan grande y tan débil.
Todo acto de violencia me repugna como ejercicio de la sinrazón, quizás este ejercicio de estúpida violencia solo sea patrimonio del ser humano..., desde mi dolor pienso en vosotros, y solo siento lástima por vuestra pobreza como seres humanos, ¡pobres diablos!.

Queriendo ser...

Huye en las palabras lanzadas al viento, busca la rama donde descansar sin acoso, solo para recuperar las fuerzas precisas para seguir huyendo..., para buscar y buscar..., cansado de tanto buscar llegó a la misma rama de partida, la rama más hermosa y segura..., acaso por ser su rama encuentra lo buscado.

Pobres nubes que batidas por el viento galopan por el cielo sin un destino, aparente libertad sin destino, destino aprisionado sin barrotes, destino final predeterminado por ajena voluntad que precediendo sus recorridos marca sus pasos..., la misma nube da agua aquí y más allá será granizo o acaso nieve, pero no será por su libertad ya que en su recorrido será condicionada por tantos eventos como apariencias mostrará.

Viento, nubes, agua y mar..., la mar besa la fina arena queriendo ser tierra, el viento vuela queriendo ser pájaro, la nube llena de agua quiere ser lago lleno de vida y nadie sabe ser, ahora queremos ser..., y no sabemos lo que somos...