lunes, 23 de febrero de 2009

Ataduras..

Siempre he sentido pena por los pequeños y viejos barcos atados en arrinconados lugares de solitarios puertos, algún día fueron la ilusión de quienes subieron a su humilde cubierta y aferrados a su timón surcaron aguas, acaso más confiados en su quilla que en su pericia marinera..., pequeño barco mecido por las sucias aguas del oscuro rincón del puerto, nadie cuida de ti y en tus continuos saltos sobre el pequeño oleaje atisbas el mar abierto donde tu ya olvidada juventud se recreaba en las amigas olas en un juego de libertad... y sueñas...y en tus sueños liberas las ataduras a la inmóvil tierra y sientes en tu proa las limpias aguas de tu libertad, tu anciana quilla cruje bajo los embates del fuerte mar... pero tu eres feliz... sabes de tu final y miras con arrogancia al eterno arrecife que en su eterna inmovilidad te recibe con su abrazo liberador..., tu fragmentada madera se convierte en mil navíos libres de ataduras... pasearás el ancho mar y quizás alguno de tus pedazos lleguen a suaves arenales donde unas infantiles manos te acojan como su mejor barco en sus imaginarios juegos... y te sentirás feliz.

lunes, 16 de febrero de 2009

Paseando...

El perezoso paseo me llevó ante un gran almendro, en la distancia asemejaba una pequeña nube anclada entre esqueléticos árboles aún desnudos, hermosamente florido atisbando otra primavera, despertando de su letargo invernal a sus compañeros de campiña... bajo sus ramas vi el cielo estrellado de tantas flores como promesas de frutos y entre sus ramas vi tanta vida... laboriosas abejas ávidas del delicado polen, volando de flor en flor hollando vírgenes pétalos..., pequeños y solitarios pajarillos invernales, desbordados por tanta vida, pegada mi cara al robusto tronco creí sentir el rumos de la poderosa savia tratando de llegar hasta la última rama... y allí estaba la sutil telaraña perlada de finas gotas de rocío que brillaban bajo los cálidos rayos de sol... me sentí como un intruso en el paraíso... tanta vida y tan bella en tan breve espacio..., cantan las grullas en su pasar, quizás para avisarnos de su paso, quizás para que envidiemos su vuelo en libertad... quizás solo sea un adiós al invierno, quizás...

jueves, 12 de febrero de 2009

Junto a ti...

... tu mirada en la mía y la palabra como adorno... ya casi no son precisas las palabras entre nosotros, solo el sentirnos juntos, apoyados el uno en el otro, cuerpos cansados, unidos en su lento caminar en un no ir sino solo esperar, conozco tus arrugas de llantos y risas...
Recuerdo un poema, uno de los muchos que al descubrirlos guardamos para mañana... mañana es hoy y mañana..., decía el poeta León Felipe:

Mujer...
Cuando vengas no besaré tus mejillas
ni tu frente, ni tus labios.
Pondré mi boca en los pliegues
recogidos de tus párpados
y beberé el agua clara
que suba a tus ojos claros.
Trae unos ojos azules, de un azul tranquilo y
claro
que tengo sed...
sed de peregrino cansado
de muchas jornadas duras
por caminos solitarios
y quiero
llevar mis labios
al agua clara y tranquila
de un remanso que refleje
un cielo tranquilo y claro.

viernes, 6 de febrero de 2009

En la dulce espera.

Te acaricias la piel en el deseo de una pequeña respuesta, te acaricias y sientes dentro de ti, muestras tu piel en un intento vano de mostrarlo, te acaricias la piel como solo tú sabes hacerlo, suave caricia, apenas tus manos recorren la piel..., solo acaricias, suaves y lentos movimientos en torno a él, y sientes... sientes lo que solo tu puedes sentir, y el siente lo que solo el puede sentir, sentir cada día, cada momento con mayor intensidad, hambriento de tus caricias..., te imagino, te veo sin mirarte, te oigo sin oírte y siento envidia de quién te acaricia, de quién te susurra, de quién te cuida, de quién te lleva, de quién te alimenta... siento envidia de quién te protege, solo ella cuida de ti, solo ella es tu madre, solo ella sabe de ti, la condicionas con tus suaves protestas en forma de dulces movimientos que solo tu madre comprende..., nacerás con dolor y tus primeros llantos se acallarán con primeros besos y la primera caricia de tus labios será en el pecho de tu madre..., habrás nacido y tu madre te acunara en sus brazos...

lunes, 2 de febrero de 2009

Nos dice la lluvia...

Es domingo, el tiempo es desapacible, con una pertinaz lluvia que en su monotonía invita al recogimiento familiar ante la tediosa televisión, es tarde de conversaciones que van fluyendo sin prisa alguna, un dejar aflorar sentimientos sin prisa alguna, un decir recuerdos que solo asoman sin prisa alguna que los condicione, un café de mamá, el mejor del mundo, solo ella sabe la cantidad y el dulzor que nos agrada a cada uno..., es domingo y hace sesenta y cuatro años que vine a este mundo, y me siento todo lo joven que el cariño de quienes me rodean me hacen sentir, pienso en ellos, tanto que río sus alegrías y sufro sus temores, ellos son realmente el motor de nuestras vidas, ellos son los que con su cariño nos hacen sentirnos todavía necesarios, ellos son..., lo son todo.
La lluvia sigue con su tamborileo sobre las ventanas, gotas de agua traídas en suaves nubes desde otros confines, gotas de agua que en su deslizar por el cristal nos cuentan su vivir, nos dicen que también fueron ríos nacidos en altas cumbres, gotas que lavaron lágrimas, gotas que acariciaron dulces cuerpos, gotas que humedecieron dulces besos, gotas que bañaron el fango de cuerpos sin vida..., son gotas que se deslizan lentamente por el cristal, para ver y oír, para poder contar en otro lejano lugar...