miércoles, 24 de septiembre de 2014

Tiempo otoñal.

Un pequeño adiós, tengo la íntima sensación de que cada sentido acto es un pequeño adiós lleno de alegría y con el deseo de un niño, como la pequeña astilla que cada día se desprende del ya viejo árbol sin importar dejar el alma al descubierto, alberga tantos nidos que sus pequeñas ramas ya no soportan y sin embargo se mece en los embates del recio viento protegiendo sus queridos nidos..., en cada crujido de su madera hay un pequeño adiós, sus hojas son ahora más pequeñas pero saben proteger a quienes se confiaron a su pasada frondosidad, sabemos o al menos intuimos más allá del pequeño adiós, sabemos y aceptamos, adaptamos nuestras vidas a quienes llevados de su amistad nos dan ánimos para seguir en la vida, para seguir preguntándonos que es la vida, un eterno adiós desde el silencio sin agitar las manos, árboles en una inmensa arboleda, pequeños árboles a la espera de la caída del gigante y que cada otoño está más cerca..., caen las hojas con el pudor de una desnudez de inmenso colorido, caen las hojas en un silencio ritual, caen las hojas en un suave y eterno adiós unido con la certera esperanza de la hermosa primavera, ¡otoño, otoño!, volví al lugar y no la vi, el aroma de la roja flor nos decía de un eterno adiós.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Ancianos, mayores.

Solo cerrar los ojos, como una gran película desfila ante nosotros aquello que fuimos y que no volveremos a ser, ello no es motivo de tristeza, ya no, todo quedó atrás sin la posibilidad de rescatarlo y por ese motivo seguimos caminando con una sonrisa que ofrecer a quién se acerca a nosotros, ya no tenemos a quién culpar y solo deseamos el ser aceptados en un abrazo sincero, en un te quiero, en el roce de unos labios que susurren unas palabras amigas, en la complicidad de una sonrisa..., tantas cosas que recordar, viejas ilusiones que no alcanzamos, la alegría de aquello que realizamos, la sensación de tener los ojos muy abiertos y ver el tremendo engaño de quienes solo esperábamos una digna respuesta a la confianza depositada en ellos, cada día se nos aprecia mayor complicidad con quienes compartimos tiempos de ocio, vemos la vida como un permanente regalo y asumimos la caducidad del día siguiente porque sabemos lo importante que es hoy, el ahora y hay que felicitarse por no ser un cadáver viviente, gente incapaz de asumir su nueva vida fuera del mundo laboral y que ahora se sienten desnudos frente a si mismos, también aprendemos los distintos baremos vitales... ¿puedes ponerte los calcetines, bañarte solo?, entiendo el sentirse feliz, vivir dignamente, aquí, ahora, ¿mañana?, tengo pendiente el restaurar unos libros de mis abuelos y me siento lleno de expectante ilusión, me siento vivo, siento junto a mi a unos pequeños seres que son toda mi vida y que me ayudan a ser niño...,también siento miedo por este mundo que les dejamos, tan falto de solidaridad, tan inhumano y sin embargo reímos en un intento de ser felices, de hacer felices a los demás. 

lunes, 8 de septiembre de 2014

Efímera amistad.

Hace calor, dormito frente al televisor en un ejercicio de estúpida perdida de tiempo ya que no escucho al político de turno que entre anuncios de bebidas y compresas de endiabladas formas, repite una y otra vez la consigna de su opción política, no estoy solo, una y otra vez vuela sobre mi digna persona una pequeña mosca que no debe ser de este país ya que no muestra el mínimo interés sobre la economía nacional, tras captar mi atención, la muy osada se posa sobre mis rodillas, suavemente, de espaldas al televisor como si lo que se cuenta le importase menos que a mi, le acerco una pequeña gota de bebida a la que se acerca sin temor alguno y no puedo por menos que llegar a la conclusión de que esta mosca es apolítica o muy inteligente ya que sabe lo que le interesa, recuerdo una famosa pregunta: si miles de moscas acuden a una boñiga,¿quiere esto decir que la boñiga es buena?..., bien, esta mosca se salva ya que al menos a conseguido sacarme de mi particular sopor, abro la ventana y el fresco anochecer nos invita a salir, allá arriba brillan las estrellas, aromas variados y suaves sonidos llenan la noche, creo que la mosca me ha tomado cariño y no cesa de revolotear frente a mi cara en una ya pesada actitud, triste ironía del destino... ¡me abandonó por la farola más cercana!. Regreso  a casa, a mi cama, pero antes pulverizo insecticida... ¡yo no perdono!. 

jueves, 4 de septiembre de 2014

Voluntad de vivir.

Inevitablemente el paso de los años nos aportan un cúmulo de experiencias que van conformando "nuestra vida", al final todo queda reducido a unas pocas vivencias sobre las que realmente se han forjado nuestras vidas alegres unas y tristes otras, todo ello nos da una perspectiva objetiva de lo que realmente somos..., en ocasiones nos deja una sensación de vacío interior, un preguntarnos que camino tomar en medio de tantas opciones permanentemente cambiantes, nos dejamos llevar por lazos afectivos que no siempre coinciden con nuestros pasos... y llegó septiembre, un mes que habitualmente supone cambios en nuestras rutinas, tantos cambios..., para mi está lleno de ilusiones, quizás pequeñas alegrías que puedo asumir junto al permanente recuerdo de un nueve de septiembre que dio sentido a mi vida, a nuestras vidas. Volveré  a compartir lugar y afición con otros seres que solo buscan el sentirse participes de un grupo, de un hacer común, de una amistad libre de condicionantes, de un saber que todavía estamos vivos, del poder reír
juntos, de recordar a quienes no volverán, de mirarnos a los ojos y saber, en una mirada hay tantas palabras, tantas miradas que acarician y otras que muestran el profundo vacío, tan lejanas, simplemente están sin ninguna capacidad de volver...,quiero reencontrarte para sentir tus ganas de vivir aún sabiendo de tu próximo adiós, escuchar tu risa, no quiero volver y ver una hermosa rosa en tu lugar...