domingo, 14 de agosto de 2011

Temores.

Temo a quién ya nada teme, dejó de temer cuando supo que ya nada tenía, cansado de mirar a miradas huidizas, rápidas, miradas opacas a su carencia absoluta, dejó de temer cuando sus pasos se fueron en pos de una nueva vida donde tomar aquello que no podía tener, dejó de temer al saber que su vida no valía nada y sintió el poder de sentirse temido por todos aquellos que en su egoísta ceguera lo abocaron a tomar aquello que no tenía..., sus rápidos pasos ya no percibían a quienes aún temían, solo tomaba en aras de su capricho.
Esta sociedad está enferma de egoísmos, cada vez más poder en menos manos, sin límite alguno, y el pueblo comienza a no temer pues sabe que cada día tiene menos entre sus manos, cansado de apoyar a unos dirigentes forjados en la ineptitud, que solo saben medrar con el temor de quienes aún temen y que no saben que no tienen nada, temo a un pueblo cansado de esperar y más a sus rápidos pasos para tomar aquello que unos dirigentes ciegos de egoísmo no supieron administrar..., temo a quién ya nada teme...

martes, 9 de agosto de 2011

Carta a mi alma.

Existen épocas a lo largo de mi vida en las que escribir es sufrir, son confidencias que duelen como jirones arrancados del propio cuerpo, me duele el escribir y releo algunas lineas de mi pasado..., y veo como los futuros hechos me envolvieron en un sentido coqueteo, tan claros como el simple pensar y escribir en el entorno de la muerte... no quería ver, solo sentía un aleteo de adióses, no quería ver, solo sentía el latido de una vida que me gritaba un suave adiós..., el tiempo pasa inexorablemente entre risas y lágrimas, sigo releyendo y al igual que sabemos de nuestra flor favorita, de nuestro lugar preferido, también sabemos o quizás solo imagino a través del ensayo de un deseo como desearía un discreto adiós.
Me encanta la vida, me siento querido por aquellos a quienes quiero sin reservas, tengo la suficiente ilusión para en cada nuevo día afrontarlo como el reto más importante de mi vida, motivos me sobran para que cada noche pueda sonreír... y también llorar, el escribir dejando que sobre el teclado los dedos bailen una sincera danza produce dolor... cada golpe... cada golpe sobre el teclado me da libertad, una libertad que me hace gritar y sentir, no temer lo que espero, quizás es que soy feliz.