Sentimientos

 

M. Benedetti, en uno de sus múltiples poemas, refleja los sentimientos íntimos que todos arrastramos a lo largo de nuestras vidas:

Todos tenemos una guerra que ganar,
un perdón que pedir,
un recuerdo aparcado,
una salida de emergencia,
poco de miedo,
y una sonrisa que no olvidaremos jamás.

Todos estos sentimientos se van creando y creciendo dando forma a nuestras vidas, alegrías y tristezas, somos recuerdos, deseos que solo existen en nuestros sueños y que la vida decidirá nuestro destino..., ya casi no decidimos nada y cada amanecer con el nuevo día soñamos un mundo feliz que traiga aquella sonrisa de un abrazo aparcado en el recuerdo, ser feliz ahora es el intento que nos lleva a creer en un futuro mejor, ser felices, quizás sea la mejor manera de ofrecer nuestro cariño a los demás en una sonrisa, en un abrazo

¿Qué futuro os dejamos?

 ¿Hay limites?
Un día si y al otro también, quizás sea una opinión egoísta, hipócrita, la violencia fluye en el entorno del ser humano y a pesar de ello lo juzgamos en el grado que nos afecta, es lamentable el que apenas escuchábamos las muertes cotidianas de medio mundo, el hambre de medio mundo, la violencia que crece como una ola alimentada en la estupidez que generamos desde nuestra pretendida comodidad de ¿afortunados? del grupo que solo se preocupa de decir lo que deben hacer los demás sin pensar en lo poco o nada que decidimos en nuestra sociedad. El  verdadero poder se basa en acaparar los bienes, los políticos son meros peleles en sus manos..., ¡esto es vivir dignamente!, como gallinas estabuladas y mientras produzcamos seremos utilizados, masacrados como la guerra actual (hay otras) donde existe de todo excepto la mínima razón que la justifique.

Me gustaría ser sabio también. / Los viejos libros explican la sabiduría;
apartarse de las luchas del mundo y transcurrir
sin inquietudes nuestro breve tiempo../ Librarse de la violencia,
dar bien por mal, / no satisfacer los deseos y hasta
olvidarlos: tal es la sabiduría./ Pero yo no puedo hacer nada de esto:
verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.  (Bertolt Brecht)

Miro tus profundos ojos donde existe la eterna pregunta de cariño, siento tu cálida mano en las ya mis vacías manos de un futuro que no supimos proteger y maldigo a todos los que se creyeron con poder para robar nuestro futuro y toda la esperanza de un futuro que os corresponde..., las guerras, donde se muere y se mata sin conocer al enemigo ni el verdadero motivo de tal horror ¡malditos sean quienes deciden!

Hoy niños felices, mañana...

 
No hay seres difíciles, lo difícil es crecer como niños en un mundo de gente cansada, ocupada, sin paciencia y con prisas, no quiero olvidar, es por ello el que te pido que te quedes en mi memoria y en mis recuerdos, quédate allí, donde nadie te toque, donde cada vez que te busque pueda encontrarte, tu eres mi razón de vivir y lo demás solo son pasos hacia un sueño o acaso la nada, sigue siendo difícil el caminar la vida ya que acaso los seres humanos ignoramos el sabor de un abrazo o el aleteo de una sincera sonrisa, los niños es el mayor y mejor legado que podemos aportar..., en ocasiones dudo del tipo de sociedad que en mayor o menor medida hemos creado para su futuro tan vacía de contenidos basados en el respeto, empatía, generosidad, en la plena vejez cada vez me asomo más a mi pasado consciente de la brevedad de mi futuro y solo sueño con un mundo feliz donde sentir la alegría de unos niños que el tiempo los hizo adultos.

Fru-fru

Fru-fru
Una agradable tostada acompañada de un aromático café, tus suaves palabras apenas musitadas me llegaron como un bálsamo que me hicieron olvidar el entorno más allá de tu profunda mirada, siempre tuviste unos ojos preciosos donde la curiosidad se convierte en placer..., ya pasaron muchos años en los que la vida nos privó de la compañía afectiva, muchos, acaso son demasiados años de soledades y recuerdos..., la vida nos puso frente a frente en la alegría de un reencuentro donde las palabras salen a borbotones bañados en cariño, palabras, caricias con las que borrar alguna lágrima tan profunda como los largos años transcurridos..., volví a sentir la suave caricia, volví a sentir sin olvidar mi vivida vida, hay sentimientos tan profundos y arraigados que ni se desea ni se pueden olvidar. Nos fuimos en un paseo errante ¡tantas cosas que contar!. Allá quedaron sobre la mesa un frio café junto a una tostada olvidados por unos ojos verdes.