Con los ojos cerrados.

Me emociona ver sus grandes ojos , su limpia mirada llena de fe en mi, sus preguntas y sus peticiones siempre seguro de la deseada respuesta, su mano guía mis pasos en la selva imaginada de donde siempre volvemos en busca de la merienda... me emociona y duele el saber lo rápido de la vida sin apenas tiempo de enseñarle los cobardes zarpazos del crecer en una lucha disfrazada de luces de neón, de mentiras lanzadas como asertos de la única verdad, su verdad, que nos quieren hacer creer... mi pequeño, no fui el más grande guerrero   de mis cuentos ni supe adivinar el futuro pero te juro que cada idea que traté de inculcar en tu mente fue parte de mi verdad llena de respeto hacia ti, llena de la dignidad que te dará el respeto de los demás, llena del cariño que me ayudó a seguir caminando en tus pasos, a escuchar en tus risas, a esperar tus regresos, a sentir tus abrazos... no se el motivo, solo que he sentido la necesidad de escribir estas lineas, sin tristeza alguna, solo cargadas de cariño... quizás la fina lluvia en mi ventana, quizás para que en tu mañana me recuerdes, quizás...

Un trece de Junio

Sentí la necesidad de hacer lo que tantas veces dejé para otra ocasión y simplemente lo hice, desde el umbral, allí donde las amplias puertas semejan un poderoso abrazo de afecto tan largamente deseado, allí quedé frente a mi larga vida rememorada de forma  lenta, profunda, tan vinculada en eternos afectos y sin embargo... es difícil el pensar cuando lágrimas amigas humedecen tus ojos, solo sientes, todo se ralentiza y percibes  esos pequeños detalles tristemente casi olvidados, olvidados y sin advertir que nuestra vida solo son vivencias más o menos lejanas en nuestra mente, dejarla vagar en los espacios del templo y sentir...,¿el futuro?, quién puede afirmar lo que aún no ha sucedido y que solo tiene la forma del deseo que ansiamos; hoy festividad de San António he vuelto a donde quizás mayores retazos de mi vida quedaron atrapados entre sus muros y en ellos seguirán como parte vital y querida de mi ya larga vida.

Sentimientos.

Vienes hacia mi. De lejos te conozco. 
No has cambiado nada. Te conocería siempre
Me traes en los labios viejas palabras, recuerdos
que no mueren. No has cambiado nada. Cuando llames, yo
te abriré la puerta. Cuando me veas me besarás, 
te sentarás a mi lado como tantas otras veces,
reiremos como otras veces. "Los años-dirás- no nos han herido".
Pero todo habrá cambiado...