viernes, 29 de agosto de 2008

Calor.

Caminaba bajo el intenso sol que de forma rotunda nos ofrecía un día de auténtico verano, pasé de largo, sin ver ni percibir y de forma inconsciente volví tras mis pasos, allí estaba la acogedora puerta entreabierta mostrando su interior envuelto en agradable penumbra, entre como se entra en lugar ajeno, con respetuoso silencio camine hasta sentir la necesidad de tomar asiento, mas por observar que por cansancio...., suaves voces entonaban melodías que apenas alcanzaba a comprender, inundaban de paz el interior del recinto, imágenes de mi infancia fluyeron en mi mente, tan lejanas, tan olvidadas, tan absurdamente olvidadas..., hasta doler su recuerdo.
Volví, siempre que podía volvía, era el reencuentro conmigo mismo, el ayer y el hoy, el conocer y sentir mi propio yo, mis verdades gritadas en mi interior, sin falsos pudores.
Remanso de paz, mi iglesia, tan cercana y tan olvidada....

jueves, 28 de agosto de 2008

Amor para dos.

Una nueva ilusión se va apoderando lentamente de nuestras vidas, sin pausa, como algo que se aproxima, notándolo en el ambiente como algo que te hace mirar hacia un mismo lado, sabiendo de su venida, deseándolo, aceptándolo con placer, que otra cosa se puede sentir ante el paso más importante que un hijo puede dar en su vida.
Un proyecto, una vida en común, un nuevo caminar hacia el horizonte elegido, un compartir su mutua felicidad..., desde nuestro querido deseo de que puedan envejecer juntos..., juntos para recordar, para vivir el presente de sus vidas, para ya mayores disfrutar de su entorno familiar, juntos, siempre juntos en el agreste sendero, en el plácido paseo, en las alegrías y penas, en las manos tendidas y en los puños cerrados, en la risa y en el llanto.
Nuestros niños se hicieron mayores y hallaron sus almas gemelas con quien compartir sus sueños, sus futuros, queriendo ser felices....
¿Acaso existe algo mejor que su felicidad?.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Amor..., solo amor.

Ningún afecto puede desarrollarse en una constante manifestación de su ser.
Como la hermosa flor se manifiesta como resultado de la sazón del arbusto que la sustenta, la planta fue cuidada equilibradamente para alcanzar tan hermoso fin, sin exceso ni defecto de riegos, abonos, mimos..., sin ellos no habría flor alguna.
Para amar es preciso dejar espacio, mucho espacio, tanto como para que cada parte se sienta libre de pensamiento y acción. Amar sometido no es amar..., amar esperando no es amar..., amar es tan duro, amar dando todo sin esperar nada ha cambio..., sabiendo de su cercanía, de su estar, de su decir sin palabras, de abrazar su abrazo, de sentir su latido..., de respetar, solo porque deseas respetar, porque recibes respeto, nadie te impone, solo ofreces generosamente cuanto sientes..., y amas como solo tu puedes dar, como solo puedes sentir..., con amor.

lunes, 25 de agosto de 2008

Sencillamente natural.

Siempre me agrada el acariciar una humilde maceta de barro cocido, tan burda, tan original, tan cerca de nosotros y tan estúpidamente lejana de nuestra pretenciosa actitud cotidiana. De simple barro y sin embargo la más adecuada para la orgullosa planta que dará la espléndida flor..., flor que tras pocos días de vida morirá su esplendor, cortada, tirada sobre la tierra, olvidada su fragancia, sin colorido, sin vida..., sobre la modesta maceta, como modesta cuna donde nació y creció hasta ser bella, sus pétalos se pudren junto a la tierra que le dio sustento, soporte, hoy solo es su ataúd, su eterno ataúd donde alimentara a futuras plantas de efímera belleza.
Todo lo natural nos rodea en una sinfonía de armonía, color, fluyendo en una interminable espiral de vida que nosotros los humanos llevados de nuestra soberbia somos incapaces de apreciar su simpleza, su maravillosa simpleza..., incomprensible para nuestra eterna ceguera, para nuestra eterna ambición de alcanzar las estrellas..., recojo mi humilde maceta, futura cuna de hermosas flores, barro..., solo barro..., como nosotros.

Nubes.

El inmenso cielo en su intenso azul, como espejo muerto, sin reflejo de vida alguna, espacio vació en su inmensidad, ¿que seria sin una nube?, no seria nada en su soledad, ni sentiríamos el deseo de mirar hacia arriba, ¿para qué?, las cambiantes nubes llenas de acuosas promesas, de simples nublados como protectores solares, de espléndidas nubes de tormenta tan aciagas en ocasiones y tan gratificantes en otras, nuestro cielo más cercano como algodonoso techo, tranquilo discurrir y pasar en brazos del viento, de múltiples colores, variadas formas.
Las nubes, siempre mentadas como elemento primordial de nuestras vidas, repartidoras de la preciada agua que en su caprichoso ir y venir reparten de tantas formas, en tantos lugares que habituados a su hacer se adaptan a su ser, a su vida.
Nubes..., ¿que seriamos sin una nube?.

domingo, 17 de agosto de 2008

Por ti...

Llegaré hasta donde tú quieras que llegue mi interés por ti, mis medias caricias serán enteras en mi sentir por ti, acaso la distancia sea la mejor cercanía hacia ti, mis medias palabras sin llegar a decir esconden frases de cariño que a pesar de no decir laten adentro donde duelen por ser pensamientos no hablados, cariños no entregados por no saber que hacer, decir o no decir, acaso decir sin esperar ser escuchado aumenten mis dudas o no decir con lo que nunca sabrás de mi sentir.
Mis dudas no son de temor, solamente son de afecto sincero que me hace verte pasar por mi vida donde tu sola presencia me proporciona la alegría necesaria para creer en un futuro ya muy cercano donde las palabras sean innecesarias para decirte que estoy a tu lado, apoyo de tu necesidad, compañía de tu ocasional soledad, sin esperar continuidad, sabiendo que tu vida sigue..., como sigue mi vida, viéndote pasar.

La, un titulo.

Camina con paso nervioso balanceando su maletín, resuelta, como eco de una llamada de ayuda en la que más prima el afecto, portadora de ese don del que se carece al nacer y que solo se alcanza con la lucha cotidiana del buen hacer, con la decisión que proporciona el conocer al paciente amigo, sabedora de sus males, confidente de sus cuitas, consejera de tantos aspectos que rodean al confiado doliente ..., su presencia sosiega al paciente y encauza el latente padecer.
Citarla implica utilizar el LA, artículo nada despectivo, solo dignifica a quienes se les aplica como distinción de respeto, afecto próximo, presunción de cercanía que alimenta nuestra seguridad, La, la Rosa, solo articulo y nombre comprendido por todos y es que en esta nuestra común localidad, difícil donde las haya, cuando aceptamos lo hacemos de verdad, quizás no sepamos bien que es el LA, lo que si sabemos es otorgarlo desde el respeto.
Pasea imbuida en su papel de madre y esposa..., una llamada cambia su relajado paso, ya camina resuelta balanceando su maletín ...

sábado, 9 de agosto de 2008

Solo quizás....

Será el estío, quizás los cambios bruscos del tiempo, quizás la pereza ralentiza mi ánimo, quizás las ganas de caminar sin rumbo fijo, quizás permanecer quieto viendo crecer la hierba, quizás soñar viendo pasar las nubes, quizás absorto en mis pensamientos, quizás esperando, esperando no sé bien el qué.... pero esperando, percibo de manera persistente cambios en mi entorno como el movimiento previo solo sentido, apenas notado pero sentido sin comentar, qué decir si no sé lo que siento, difícil de describir algo apenas intuido, solo presentido, ni un latido, ni un suspiro, ¿Qué hacer?, solo cabe el esperar sin desesperar.
El eterno camino de la vida lleno de eternas encrucijadas, sin indicadores, solo decidimos y seguimos caminando sin conocer si fue una decisión acertada, caminamos hasta el próximo recodo, esperando la sublime respuesta a todos nuestros dilemas, solución de nuestros miedos, esperando sin saber el qué.... ni a quién.
Canta la chicharra, el sol reverbera sobre el cereal, una pequeña fuente refresca con su murmullo la sombra del emparrado, el mundo parece detenido, sin ganas ni siquiera para pensar, solo sentir, sentir un quizás...

lunes, 4 de agosto de 2008

Mi viejo mar.

Cuando más libre me he sentido, siempre ha sido en los momentos en que más pequeño me he sentido, pequeño ante la magnitud de la fuerza de la naturaleza, ante su descomunal tamaño, totalmente impotente ante su demostración cotidiana a la que no prestamos interés por ser habituales. Me recuerdo con nueve años, batido por las olas en el rompeolas de la bella San Sebastian, aferrado expectante a una simple barandilla y portando una caracola recién recogida, mojado, calado, feliz, muy feliz hasta que una ruda mano me cogió por el brazo diciendome que no era sitio para estar, que podía ser peligroso, que no tuviese miedo,....
No tenia miedo alguno, solamente hablaba con el mar y el mar me abrazaba poderoso, me ofrecía su sabor distinto a cuanto había conocido, su rumor, su poderoso ir y venir con nuevos bríos, allí hablé con el mar, susurre mi infantil pacto al interior de la concha y la devolví al mar.
Tantas veces volví a sus playas a renovar el recuerdo de su fuerza, de su olor, de su color y como viejos amigos siempre fui feliz junto a mi viejo mar.

Tú y yo.

Quizás a lo largo de la vida se repitan innumerables hechos en nuestro entorno, solo quizás puesto que la misma circunstancia al vivirla con un distinto interés la asumimos como diferente por el grado de afectación que nos produce en los distintos momentos de nuestra vida y es ahora cuando teniendo el tiempo suficiente y la perspectiva adecuada entendemos que el hecho en si siempre ha sido el mismo, lo que siempre ha cambiado ha sido nuestra actitud ante él.
En el principio todo giraba a nuestro alrededor, como vigorosos come-mundos, osados luchadores, establecidas nuestras familias seguíamos luchando por ellas ya que había que proporcionar y aumentar en lo posible los medios disponibles.
Nuestros vástagos caminaron y nos sentamos a esperar sus regresos, pensando, solo pensando, una mano cansada se apoya en mis manos, una mano cansada de dar forma a nuestros sueños, una mano cansada y hambrienta de caricias no recibidas, perdidas en una lucha contra el mundo y ya olvidada, unas manos que acarician mi cara y recogen mi furtiva lágrima mientras su dulce voz me susurra: Volverán, siempre volverán.....