A solas...

Solo, estoy a solas conmigo mismo en una idílica sensación de hallarme inmerso en una encrucijada donde me desbordan las idas y venidas de tantos seres queridos y deseados en la ausencia..., solo, deliberadamente solo, donde los sentimientos no precisan de etiquetas, donde es posible el pasar de la sonrisa al pesar, donde todavía es posible el sentir en voz alta aquello que acaso el tiempo ahogó..., solo en lo físico, en espíritu hay tanto cariño que en ocasiones creo en vidas que aún se están desarrollando en su ausencia, nada es indiferente al ser humano, nada, todo nos aporta algo al personal libro de nuestras vidas y solo nuestra propia libertad nos hace ver más allá de la nube del polvo del camino..., quizás la vida nos proporciona esa libertad, ese saber ver y sentir lo que realmente tiene un valor, el precio a veces es tremendamente alto y acaso cuando nos levantamos tras la caída, somos capaces de vislumbrar esa luz que nos atrae, que inculca en nuestras mentes la lucidez y que de forma sutil nos produce una inmensa paz..., las lágrimas son cálidas.

Solo es primavera.

Llegó la primavera, no solo por la fecha sino por la sensación de pujanza en todo y en todos los aspectos, vuelven las golondrínas, se van las últimas grullas, el campo se transforma en una hermosa promesa de vida y fecundidad, es ahora cuando la vitalidad se manifiesta a borbotones haciéndonos sentir impulsos hasta ahora adormecidos en el frío invierno. Hermosa fecha para abrir puertas y ventanas, dejar que la suave y cálida brisa de la nueva vida renueve nuestras vidas, pero la suave brisa no me anuncia nada, llega a mi con su cálido silencio rozando el cristal y tu no estas allí, solo yo mirando sin ver y escuchando el silencio a solas con tu recuerdo... el pequeño pajarillo me mira desde el alféizar de mi ventana, no teme mi presencia, solo me mira antes de marchar en la siguiente ráfaga de suave brisa..., como dice la canción, lo nuestro es pasar y pasar por el camino de la vida haciendo un camino que nunca volveremos a pisar, volvemos la vista atrás y solo vemos sombras de nuestros pasos sin saber cuanto nos queda por andar, pero hasta en el más oscuro camino la primavera hace brotar hermosas flores que nos ayudan a caminar.

Caminamos en pos de un sueño y el grado de alegría conque lo hagamos nos hará más ligero el paso y en ese camino siempre abra una mano tendida junto a una sonrisa..., acaricio una pequeña, frágil y hermosa flor al paso de mi lento caminar...

Más que música.

Releyendo el poema "Pies hermosos", recordé un hermoso espectáculo musical en el que dada mi proximidad al escenario me permitió ver detalles que nunca hubiese imaginado como el apreciar la entrega de los músicos en sus intervenciones, el movimiento de pies, creo que en ocasiones se elevaban sobre el suelo, en otras perdían sus zapatos que recuperaban cuando cesaba su intervención, solo se apreciaban los pies que asomaban bajo los negros vestidos, eran mujeres en su mayoría, sentí una ligera envidia de su exquisita sensibilidad, de su entrega, creo que solo sentían el sonido de su música, la vibración de sus violines que acariciaban arrancando tan hermosos sonidos aparentemente de una forma mecánica regida por el director de la orquesta... pero los pies simplemente expresaban sus sentimientos, su verdad, su parte intuitiva lejos del control formal de la estética, ese día creí un poco más en la mujer, en su generosa entrega más allá de lo establecido... y sentí un ligero pesar por tantos deseos dejados atrás solo por ser correcto..., sentí una ligera envidia por su libertad.

Pies hermosos.

La mujer que tiene los pies hermosos
nunca podrá ser fea
mansa suele subirle la belleza
por tobillos, pantorrillas y muslos
demorarse en el pubis
que siempre ha estado más allá de todo canon
rodear el ombligo como a uno de esos timbres
que si les presionas tocan para elisa
reivindican los lúbricos pezones a la espera
entreabrir los labios sin pronunciar saliva
y dejarse querer por los ojos espejo...
la mujer que tiene los pies hermosos
sabe vagabundear por la tristeza.

Mário Benedetti - El amor, las mujeres y la vida.

Tambien yo...

... sí, entro en estas mis páginas con ánimo de aportar los habituales comentarios y el tiempo pasa inevitablemente releyendo mis pequeños escritos favoritos, me atraen como sensaciones que plasmé y que tristemente algunas tuvieron unas vivencias no deseadas.
Se acerca la primavera y ello es algo se que percibe claramente en un creciente deseo de una actividad, tan bella es la primavera, tan vital que todo se mueve resurgiendo del frío invierno en busca de la nueva vida..., sí, volveré a escuchar a Vivaldi, se que volveré a llorar recuerdos, se que seguiré caminando mi personal vivencia..., sé que reiré, abrazare y también luchare por mi pequeña felicidad, por quienes me quieren y necesito querer..., quiero ver el sol y dejar atrás la noche y su fría soledad, quiero buscar la sorpresa tras cada recodo de mi camino. quiero mimar la mano amiga, quiero ayudar a crecer, quiero hacer sentir mi fortaleza como ser humano, quiero ser la palabra amiga, el hombro amigo..., pido a la vida el que solo me permita caminar para acompañar y ver otros pasos en otros caminos, poder sentarme a la orilla del camino y verlos alejarse..., aún tengo tantas cosas por hacer...