lunes, 24 de noviembre de 2014

Pequeño cuento de navidad.

Sobre la acera de una calle cualquiera
bajo la luz tenue del viejo escaparate
ejercitaba su danza constante
una humilde marioneta.
El bebe miraba embelesado
su movimiento acompasado.
La simpática marioneta
hacía con primor su pirueta.
El niño mostrando su alegría
intensamente sonreía.
Melchor, Gaspar y Baltasar
divertidos se miraron al pasar.  (Ana Mª. Aznar / poemas "haré del invierno primavera)

Es sencillo el querer, desde el invierno amar la primavera es un placer lleno de ilusiones, sueños, miradas llenas de sinceridad, balbuceos que desean decir tantas cosas, inseguros pasos en pos de un querer hacer... hacer del invierno primavera... tu eres rama que brota, yo, luz que se apaga.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Mirándome.

Te quieren y nada hay que preguntar, ¿para qué?, solo disfrutar de lo más hermoso de la vida, algo que se nos ofrece en su plena expresión afectiva: nietos, un cariño lleno de ternura, de verdad, algo que nos llega al final de nuestros días y que quizás sea el mejor premio a los desvelos que una vida por crear una familia. Solamente con sentirlos a nuestro lado nos provoca emoción, tolerancia, concentración en sus progresos de pequeños seres tan  dulcemente torpes, sus sonrisas y risa llenas de inocente alegría que disipan nuestras penas..., simplemente te quieren y reciben el sincero cariño de quién todavía es capaz de emocionarse en sus balbuceos, palabras, torpes pasos o paseos campestres convertidos en aventuras imaginarias que solo un niño es capaz de crear y todo esto despierta en mi profundos sentimientos que ya casi creí superados, ¡la vida!, cansado de caminar mi propia vida siento tus pequeñas manos que tiran de mi alejándome de mi personal abismo, creo caminar en suaves nubes, soy casi feliz en un entorno de activa armonía, quiero a mi gente por encima de nubarrones que siempre aparecen más allá de las montañas, creo haber logrado un equilibrio emocional al que ya había renunciado y los vacíos que la vida me hizo aceptar quedan atrás sin olvidar la débil fortaleza de nuestras vidas, soy casi feliz y quizás por ello tengo miedo, soy el anciano de la familia y a veces me siento como el roble que cobija la vida bajo sus ramas pero sé que sin el cariño de toda mi familia no tendría presente y menos futuro. Todavía sueño con nuevos amaneceres.

martes, 11 de noviembre de 2014

Silencio, vacío...

Una epidemia más, otra ocasión más, fallida de atajar el problema en el lugar preciso acaso conseguir el medicamento adecuado no proporcione el beneficio mínimo que se requiere para salvar la vida de unos miles de ciudadanos que al fin y al cabo poco importan ya que solo importa el poder seguir esquilmando sus riquezas, a los que sobrevivan les haremos creer la necesidad de seguir matándose entre ellos con las armas que les venderemos y está claro el que crearemos comités de orondos expertos para hallar una solución que siga produciendo beneficios a los de siempre. Sale el sol para todos de igual manera y sin embargo para millones de ciudadanos de este puto mundo solo es un día más de miseria y explotación..., tanta podredumbre humana logra el hacer insensibles nuestras conciencias, solo impera el egoísmo generalizado que marca el camino hacia el abismo del fracaso como seres humanos, ya no sé si unir mi voz y actitud contra el monstruo que nos acorrala, si vale la pena mi compromiso, me siento vacío de solo mirar, me siento vacío de protestar, me siento vacío de ver y sentir sabiendo de los muchos ojos que solo miran sin esperar nada, me siento vacío ante el silencio de las muchas bocas que ya no saben por qué gritar...,solo esperan...,acaso solo escuchan mi vacío, mi silencio.