lunes, 23 de marzo de 2015

Tan solo es primavera.

Suavemente, como una lejana caricia deseosa de sentir el suave latido de tu piel y tan cercana en cada una de las pequeñas gotas de fina lluvia..., acaso su origen sea lejano, puro, quizás sepan de alegrías y de amores, fruto de unos ojos enamorados que en la espera sintieron correr por sus mejillas aquello que unido a tantas otras gotas formaron la nube viajera... y caen sobre nuestra cara con sabor a caricia, deseamos sentir su frescor, entornamos los ojos y soñamos, soñamos aquello que dejamos atrás en polvo pisado sobre la flor reseca del viejo camino, no llegamos a ninguna encrucijada, solo retornamos a pisar aquello que dejamos atrás, nos suena a desconocido solo que la seca flor a vuelto a renacer en primavera y el polvo es abono de nuestros sueños, el placer de volver tras el dolor de caer en el abismo emocional, pero la vida nos ofrece el ser "felices" tan solo a cambio de ser nosotros mismos, de conocer nuestro interior, de saber lo frágiles que son nuestros sueños, de saber amar sin pedir nada, una caricia al viento que grite al mundo nuestro cariño..., sé que he vuelto y solo te pido el que me dejes quererte, he vuelto del vacío para descubrir el brote de la nueva flor y tan solo deseo el sentir la vida, las finas gotas humedecen mi cara y sé que es primavera.

martes, 3 de marzo de 2015

(Nosotros).

Nos creíamos semidioses, almas fuertes, piedras sin dueño,
más he aquí que ahora salimos a campo abierto;
más he aquí que ahora, de pronto abandonamos esos pueblos
donde nacimos, las ciudades silenciosas que nos parieron,
sus calles largas, donde fuimos acometidos por el viento.
Nos creíamos semidioses de los que danzan junto al fuego,
criaturas de la alegría, bebedores del vino nuevo del instante.
Nos figurábamos carne de estrella, duros pechos del bronce
duro de los héroes, piedras sin dueño.
Llega el pasado a nuestro lado.
Ladra furioso, como un perro.
¿A que salir al horizonte si no podemos despojarnos de nuestra
historia como de un traje roto y viejo?.
Nos creíamos semidioses (todo era hermoso, como un sueño),
criaturas de la alegría, su centro estaba en nuestro centro.
Mas nos abruman las montañas, nos curvamos bajo su peso
sin gracia lírica de juncos, altos y secos...
... Y retornamos a las calles, a nuestros cielos empañados,
a los jardines polvorientos, a continuar para siempre,
desterrados de nuestro reino...   (José Hierro)