viernes, 13 de noviembre de 2009

Llegó el otoño.

Es otoño, un suave otoño que nos desliza suavemente hacia el próximo invierno, otoño ya avisado por el regreso de las bulliciosas grullas en busca de cálidas tierras, es el otoño que nos avisa del final de la exuberancia del verano, es el sueño reparador para preparar la vida vegetal en la próxima eclosión primaveral donde los almendros volverán a intentar ser los heraldos de la nueva estación, aportándonos las primeras floraciones..., pero es otoño, es un hermoso tiempo de reflexión..., acaso no puedo o no quiero sustraerme al recuerdo de las antiguas familias reunidas en torno a los leños que en su lenta combustión relajaban todas las prisas y proporcionaban la calidez de las tertulias, con sus viejas historias que a los niños nos hacían soñar con desconocidos lugares..., acaso solo sean viejos sentimientos que afloran libremente, sin evitarlos... y rememorarlos me produce un remanso de paz interior, solo son retazos de mi vida, que fueron tan importantes como para formar la base de mi vida y ahora me hacen valorarlos en la desnuda verdad que proporciona el tiempo pasado..., es otoño también en mi vida, una sincera mirada me hace sentirme en paz..., querido otoño, tu suave viento agita mis canas y me hace recordar viejas caricias..., solo es otoño.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Detrás de una sonrisa.

Cuanto más hondo caes en el pozo de la vida más erguida es tu mirada hacia la libertad estelar y el brillo de las estrellas hieren tus pupilas con un rayo de esperanza y que como mínimo te indican el norte de tu ser, te dicen que estas en pie, que estas vivo, te dicen el que todavía tienes un camino de retorno hacia la luz... y lames tus heridas, centras el destino ineludible de tu vida... y caminas, a veces las lágrimas te nublan el duro y único camino, y caminas, y tu sonrisa es un guiño a la vida, sonríes a quién tiendes tu mano, y recibes una sonrisa tan sincera y tan hermosa como la bella flor que florece entre la fría nieve..., recibes una sonrisa y quizás descubras lo sencillo que es el encontrar un motivo suficiente para volver a caminar, quizás solo para provocar esa sonrisa.
Sufrimos por lo acaecido, por lo ya pasado, por lo ya inamovible... sufrimos por un futuro que nos es ignoto, sufrimos por todo aquello que no es el hoy y curiosamente es lo único que podemos saborear en la plenitud del sabor agridulce de nuestras vidas... una sonrisa...

martes, 3 de noviembre de 2009

Ante la pared.

La niebla cubre la mañana, es temprano, y mi solitaria presencia en el cementerio me concede una deliberada soledad que me da mi verdadera dimensión humana frente a la vida, allí paso mi mano por los rugosos nombres de las lápidas en una instintiva caricia sin respuesta, vidas gastadas en amarnos, vidas sacrificadas en el amor hacia nosotros, nos dieron la vida..., toda su vida.
Solo conocemos la vida en la forma y manera en que nos ha tocado vivirla, es nuestra vida y como tal es el mejor don que hemos recibido, no podemos consumirla anhelando una vida que no nos corresponde y por tanto el disfrutarla u odiarla parte de la premisa de conocernos en profundidad; en ese análisis propio descubrimos rincones que nos duele el aceptarlos y en mi modesta opinión, en la aceptación esta la felicidad ya que nos permite disfrutar de lo que poseemos, sabiendo que forma parte de nuestro ser, de nuestra irrepetible y única vida.
Cierro los ojos, lentamente, y me sumerjo en un letargo sin tiempo, silencioso, lejano... cierro los ojos y me encuentro con el ser que llevo dentro lleno de miedos, preguntas, lleno de dolor y de angustia... lo invito a que recorramos juntos este camino sin final preciso, que me ayude a sentirme seguro, que aleje mis miedos y ese otro yo me invita a seguirle una vez más.
Ese otro ser no puede estar en mi, una vez le despedí de mi interior, abro los ojos y solo estoy yo, descubro que soñé, que no hay nadie más que ese otro ser, soy yo mismo solo que decidido a no volver...