lunes, 16 de febrero de 2009

Paseando...

El perezoso paseo me llevó ante un gran almendro, en la distancia asemejaba una pequeña nube anclada entre esqueléticos árboles aún desnudos, hermosamente florido atisbando otra primavera, despertando de su letargo invernal a sus compañeros de campiña... bajo sus ramas vi el cielo estrellado de tantas flores como promesas de frutos y entre sus ramas vi tanta vida... laboriosas abejas ávidas del delicado polen, volando de flor en flor hollando vírgenes pétalos..., pequeños y solitarios pajarillos invernales, desbordados por tanta vida, pegada mi cara al robusto tronco creí sentir el rumos de la poderosa savia tratando de llegar hasta la última rama... y allí estaba la sutil telaraña perlada de finas gotas de rocío que brillaban bajo los cálidos rayos de sol... me sentí como un intruso en el paraíso... tanta vida y tan bella en tan breve espacio..., cantan las grullas en su pasar, quizás para avisarnos de su paso, quizás para que envidiemos su vuelo en libertad... quizás solo sea un adiós al invierno, quizás...

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