jueves, 4 de diciembre de 2008

Miedo a ser libres.

Tenéis tanto miedo a la libertad que solamente sois capaces de hablar desde la oscura y fría boca de vuestras pistolas, vuestros argumentos son vuestros miedos a la tolerancia, y el motivo de vuestras vidas..., la muerte gratuita y cobarde.
Solo sois muñecos de un guiñol infernal del que hasta ignoráis incluso el final del hilo que os hace moveros, un guiñol solo posible en esta sociedad hipócrita revolcada en el fango del egoísmo, de la falta de solidaridad, de la justificación de los medios usados para alcanzar bastardos fines..., tras vuestros asesinatos y pasada la sorpresa inicial, pasamos sin pausa a las vacuas y repetidas palabras, como si fuesen los balidos del rebaño de ovejas que tras el ataque animal se agrupan y afanan en su pastar..., ¡pobre país!, tan grande y tan débil.
Todo acto de violencia me repugna como ejercicio de la sinrazón, quizás este ejercicio de estúpida violencia solo sea patrimonio del ser humano..., desde mi dolor pienso en vosotros, y solo siento lástima por vuestra pobreza como seres humanos, ¡pobres diablos!.

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