domingo, 20 de julio de 2008

Otro verano

Dulce pereza estival, alegres veladas, distendidas o simplemente solitarias miradas al oscuro cielo plagado de estrellas.... solo por mirar hacia algo exterior pero con el sentir interior.
Cuando se disfruta de cierta edad que nos proporciona una lógica perspectiva de nuestra vida es cuando los valores de nuestras vivencias se alteran en cantidad y en calidad hasta el punto de considerar el que hemos cambiado mucho y no creo que este sea el motivo, simplemente hemos aprendido a valorar la esencia de la vida, la real importancia de las cuatro cosas que nos rodean y que sin valorarlas, siempre han estado con nosotros.
Felices circunstancias familiares se están produciendo en nuestro entorno más cercano, finales felices de un responsable esfuerzo, esperanza de vida futura, nueva familia, solo alegrías que de momento disfrutamos y que deseamos se desarrollen plenamente, conscientes de que en la vida vamos pasando con un cierto aire de incertidumbre en busca de la felicidad.
Verano, época permisiva de atuendos y actividad, días de encuentro familiar, de sensaciones extrañas causadas por la falta de la rutina diaria, o sensaciones extrañas causadas por el disfrute de la convivencia familiar. Que el encuentro frente a nuestra realidad sea de felicidad.

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