lunes, 28 de julio de 2008

Señora: Mi sentido respeto.

Sabia de su lucha, de su entereza, pero tras leer en la prensa su amplio y preciso relato de los verdaderos hechos corroborados por un tribunal, es cuando realmente se toma conciencia de la amplia lucha que debemos realizar para alcanzar el respeto de nuestra dignidad, la dignidad de un ser querido víctima de la ineptitud de un "profesional" y del silencio corporativo que tanto daño hace. Cuantos casos habrá en los que se seguirán llorando ausencias sin tener el consuelo del saber que un inepto se cruzó en sus vidas.
Descubres tras la lucha la valoración económica de la vida de tu hermano, padre, hijo,... sigues viendo al inepto tan feliz en su bata blanca con el bolsillo lleno de bolígrafos, emitiendo sus agudos diagnósticos ...... escucho las noticias: todo va ¡de p.. madre!.
Salgo a la calle, al campo, a respirar en el silencio, a dignificar mi mente y pienso en ti, en tu solitaria lucha, en tantos organismos creados en defensa del ciudadano y siento vergüenza, mucha vergüenza ante tanta pasividad bien pagada.
Señora Araceli es su nombre y depositaria de mi sentido respeto.

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