viernes, 24 de febrero de 2017

Blanco, vacío...

Blanco, vacío, sin vida..., quizás esperando un vómito mental con un mínimo de coherencia que dignifique su vacío, izquierda, derecha, arriba y abajo, sabes que es una hoja de papel en blanco dispuesta a formar parte de ti sin limitar tu pensamiento, hay ocasiones en que lo previsto cambia y las lineas trazadas por mi mano son como fruto de un manantial donde nadie sabe su origen..., tantas veces abandono que en ocasiones siento que mi vida es un cúmulo de escritos inconclusos, nunca busco la perfección pues creo que ese hecho hace perder la verdad de la vida y la verdad es el que cada día pongamos una cariñosa sonrisa, un abrazo a la verdad presente, la que late a nuestro lado, no quiero soñar más allá de la piedra en mi cotidiano camino, no, ¿mañana? y que es el ignorado mañana del que apenas intuimos el número asignado en un calendario, escribir, escribir para alejar los diablos que habitan en mi..., estoy peleado con tantas cosas que me hacen valorar intensamente todo aquello que poseo y que me hacen feliz el sentirlo. Aún no se como he llegado hasta estas lineas, solo he dejado fluir a mi mente sin condiciones ya que por algo estas páginas son mi verdad, aquí sentí el revoloteo de circunstancias que nunca desee y sin embargo el destino me enseñó mi fragilidad... y como me enseñó el poeta: Aquí quedé con los puños doloridos y la boca seca sin una oración que masticar. 
Querida página en la que no supe el comenzar y acabé con una lágrima inesperada, acaso hoy sea un hermoso día que vivir.

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