viernes, 13 de marzo de 2009

Acunandote...

No temas al sueño, abandonate a él como jinete de un brioso corcel que en su galope te acuna entre sus crines sedosas, no temas... recorre en tus sueños los placenteros rincones que solo existen tras tus cansados párpados, sueña despacio... es tan lánguido nadar en la niebla de los sueños... ¡Quién pudiera soñar eternamente!..

Apoya en mi la cabeza,
si tienes sueño,
apoya en mi la cabeza,
aquí, en mi pecho.
Descansa, duermete, sueña,
no tengas miedo del mundo,
que yo te velo.
Levanta hacia mi tus ojos,
tus ojos lentos,
y cierralos poco a poco,
conmigo dentro,
cierralos, aunque no quieras,
muertos de sueño... (fragmento de G. Diego)

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