martes, 3 de junio de 2008

Cogidos de la mano

Asistímos a la graduación escolar del menor de nuestros hijos, no podía ser de otra manera, ocupamos nuestros asientos al fondo del salón, donde mejor se ve el panorama y mejor llora mamá sus emociones.
Tras la entrega de diplomas y previo al acto musical, nuestro niño, nuestro pequeño, como miembro del grupo de música pidió el decir unas palabras, nuestras manos se encontraron con fuerza expectante, de repente lo vimos crecer en figura, en compromiso y la fuerte ovación que cerró sus palabras le dieron la última gran lección.
Nunca olvidaremos el cordial saludo de uno de sus profesores: Alumnos como este nos dan la necesaria motivación para seguir. Unidas nuestras manos, felices, sabiendo que nuestro niño comenzaba a caminar, volvimos a casa, a la casa familiar desde donde los vemos partir y con las manos cogidas ....... esperamos su pronto y alegre regreso.
Tres, tres hijos hemos tenido la satisfacción de criar, tres alegrías de nuestras vidas, tres consuelos a nuestras penas, tres abrazos de cariño...... nuestras manos cogidas, nuestros ojos reflejando la otra mirada cómplice de nuestro común saber: ¡Ha valido la pena!.

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