domingo, 15 de junio de 2008

Leyendo a R. Tagore

JUGUETES

¡Que feliz eres , niño, sentado en el polvo,
divirtiendote toda la mañana con una ramita rota!
Sonrio al verte jugar con este trocito de madera.
Estoy ocupado haciendo cuentas,
y me paso horas y horas sumando cifras.
Tal vez me miras con el rabillo del ojo y piensas:
¡Que necesidad perder la tarde con un juego como ese!

Niño, los bastones y las tortas de barro
ya no me divierten, he olvidado tu arte.
Persigo entretenimientos costosos
y amontono oro y plata.
Tu juegas con el corazón alegre con todo cuanto encuentras.
Yo dedico mis fuerzas y mi tiempo
a la conquista de cosas que nunca podré obtener.
En mi frágil esquife pretendo cruzar el mar de la ambición,
y llego a olvidar que tambien mi trabajo es solo un juego.

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