sábado, 27 de enero de 2018

Ser libre...

Sentir, sentir el murmullo de un pequeño arroyo que acaricia al frágil junco, sentir el viento en la cara como una caricia lejana, sentir tan dentro del alma hasta sentirnos vacios de todo aquello que somos, sentir lo que ya no existe y que huyó de nosotros como el agua entre los frios dedos, sentir, sentir, solo sentimientos que dan sentido a la vida..., los días pasan y solo el recuerdo queda llenando nuestra vida de unos posos que no siempre son gratos, acaso somos eso, solamente eso, soñamos el juego de la vida con estas cartas marcadas de antemano y que ya nacieron con nosotros, sentir, sentimos alegrías viendo cariño, amor, tu mano, mi mano, déjame sentir el rumor del arroyo que canta su libertad, déjame volar en tu fuerza, déjame soñar en ser libre más allá del polvo del camino, déjame..., vivir, pagar un precio sin tasar, nos dan vida y damos vida sin saber desde donde hasta cuando, seguimos sintiendo sin conocer el límite de nuestro sentir. El pequeño gorrión revolotea en mi ventana acaso diciéndome que su huida de ayer no le llevó a su libertad, sintió que el viento le trajo hasta donde acaso dejó su nido en busca de un sueño, quizás sus trinos me hablan de que es felíz en su vieja ventana, quizás sabrá que en esas migas de pan está la esperanza en un futuro lleno de afecto por su presencia. La suave brisa acaricia sus plumas.

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