domingo, 21 de enero de 2018

Sé a que sabe mi vida...

Sé a que puerto quiero llegar y a pesar de la fragilidad de mi vieja nave aún siento la fuerza que azota el timón de mi vida, río más que lloro y casi siempre mi sonrisa es la antesala de mi afecto; me sorprendo pensando en como soy, sé como era y como he vivido mi vida a mi aire tanto que pocas cosas cambiaria de volver a vivirlas, recuerdo a mis padres en su predicamento de que fuesemos nosotros mismos frente a los problemas: de cara y de pie...,
solo ser nosotros para tener una identidad propia en la mejor o peor vida, pero no ser unos peleles que nos hiciese agachar la cabeza o rehuir la mirada. Se hacia donde voy y por ello me sorprende el deseo de revisar mi vida pasada, ¿para qué? acaso reafirmar mi pasado en lo que soy, acaso liberar no sé que sentimiento, acaso justificar mi pesar ante el disfrute de la vida... la vida ya no tiene planes rígidos, la vida es disfrutar cada día de la amistad y del cariño que se nos ofrece, la vida a pequeños y gratos sorbos, reir y también llorar en la libertad que nos dá la suma de tantos años...

En la lluvia sobre el mar.
En la abierta ventana,
contemplándola, descansas
la sien en el cristal.

Imagen de unos segundos,
quieto en el contraluz,
tu cuerpo distinto, aún
de la noche desnudo.

Y te vuelves hacia mi,
sonréndome. Yo pienso
en como ha pasado el tiempo,
y te recuerdo así.                             (Mañana de ayer, de hoy) 
                                                       .-Jaime G. de Biedma. 

No hay comentarios: