viernes, 27 de agosto de 2010

A la sombra.

Cálido atardecer donde el embotado cerebro se balancea sobre las breves lineas de un poema:
VIDA.- José Hierro.
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fué todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito ¡Todo!, y el eco dice ¡Nada!
Grito ¡Nada!, y el eco dice ¡Todo!
Ahora sé que la nada lo era todo
y ahora era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fué nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

2 comentarios:

Cierzo dijo...

El trabalengüas tiene su intringulis.
¡¡¡ que bueno que eres !!!.

vuelo corto dijo...

Cada día que pasa estoy más seguro del acierto de tu "Cierzo".
Un afectuoso abrazo.