viernes, 28 de mayo de 2010

Encuentros.

Tus manos acarician... acarician como temerosas de volver a sentir distantes sentimientos que creías olvidados, que pocas palabras se precisan en un sincero abrazo entre dos personas que simplemente se encuentran preñados de un cariño que ofrecerse mutuamente, simples caricias perdidas en un sentido abrazo alejado del tiempo apresurado, los dos conocemos lo que somos y ello aumenta la sincera caricia, te brillan los ojos y los mios apenas vislumbran tu figura en un fluir de medias palabras donde intentamos decir lo que sentimos y estoy seguro de que tendríamos que dedicar largo tiempo para dejar que aflorasen palabras hondas, palabras nunca dichas... eres pura verdad y ambos sabemos que hemos eludido tácitamente un encuentro premeditado, dichoso y también doloroso... la vida, ¿cuantas vidas?... miramos donde no alcanzamos a ver y siempre con la esperanza de una imagen que nos haga sentir la ilusión de seguir caminando, paseando, quizás hablando pero sobre todo sintiendo una vida que se realiza a través de la ilusión de vivir latido tras latido una vida que todos los días se renueva en la ilusión de sentir un pedacito de una nueva vida.

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