domingo, 4 de octubre de 2009

Mamá.

El tiempo en su desgranar de los acontecimientos nos va levantando los velos que difuminan nuestras vidas como la ceniza del cigarrillo tras la combustión deleitosa, solo cenizas de un fuego preciso y puntual. Hechos que nos parecieron y nos proporcionaron el gozo del instante, hoy los apreciamos como remotos recuerdos dentro de la intensidad emotiva y que nos hace vivir el hoy con la intensidad creciente de las nuevas situaciones... y te veo, y conozco tu semblante, y siento tu risa compartida con otros sonidos infantiles, y se que tu conoces su querer... y porqué no..., también siento una respetuosa envidia por quienes tuvisteis la suerte de modelar en vuestro interior el milagro de la vida, vida soñada, deseada, sufrida... tanto que la conexión afectiva perdura por siempre, para siempre..., la caricia de una madre..., la calma de nuestros miedos en sus brazos, la mirada de una madre como el faro para el naufrago y el siempre volver en busca de una mano que nunca nos niega una caricia..., joven mamá que estrujas en tus brazos el centro de tu vida..., se feliz, es el mejor regalo para tu hijo.... su mamá.

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