miércoles, 14 de octubre de 2009

Doce de Octubre.

Manifestación espiritual de un pueblo, nadie pregunta de donde venimos, todos conocemos el final de nuestro caminar, tras embocar la calle de Alfonso se divisa al fondo la montaña floral que flor a flor se deposita en ofrenda, solo adivinar la inmensa plaza del Pilar hace el que nuestras oraciones se digan en coplas de jota..., hasta el propio cierzo se suma para en sus racheados giros entremezclar el aroma de las flores con el sonido de la jota, para asomarse con respeto a los llorosos ojos que depositan sus lágrimas sobre los ramos apretados junto al corazón..., tantos ruegos a la virgen en un intento de sobrevolar las carencias humanas, tantas alegrías que contar, participamos y siempre nos queda la promesa de volver el próximo año... acaso un año más donde volver a mirarnos en la imagen de nuestra patrona, acaso otra ocasión para testimoniar nuestra esperanza en la vida, acaso para sentir mas cercana la presencia de quienes nos enseñaron a rezar la jota..., acaso para recordar..., mientras. en nuestros brazos llevamos una nueva vida ante la virgen de Pilar...

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