Soy consciente de las amplias pausas que últimamente realizo en mi habitual diario, no son olvidos, solo aplazamientos motivados por una creciente atención dedicada a los asuntos que casi ocupan mi mente..., creí que estas circunstancias las tenia superadas por oficio y actitud pero ¡que va!... el teléfono suena y salto, a este paso mi querida niña te voy a llevar de paseo a ver si pares, yo creo que si se hubiese programado la coyunda adecuadamente pues seria cada cosa a su tiempo..., luego esta la fiesta del ¡si quiero! en la que tengo la sensación de que vamos a llorar a moco tendido y con hipo, sabemos que vale la pena tal cúmulo de sensaciones afectivas que nos hacen tan felices que a veces tenemos la sensación de haberlo soñado..., pero solo hay que ver un vientre preñado de la dulce esperanza que da una nueva vida... y solo hay que ver la emoción de un novio en su espera al pie del altar, emoción liberada ante la hermosa amada... blanca y radiante va la novia...
¡Vivan los novios!, ¡el niño ya nació!, ¡el abuelo esta borracho!... de tanto tomar tila, ¡señor que nervios!.
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