sábado, 3 de enero de 2009

Noche de reyes.

Seguramente es la noche mágica por excelencia, todos esperamos un algo nuevo, algo que sea inesperado, algo que sea esperado, algo que forme parte de una ilusión por pequeña que sea..., la mayoría de las veces el cumplimiento de estas pequeñas ilusiones son las que mayor satisfacción nos producen y la mayoría de las veces son incluso gratis..., tanto como la sinceridad, tanto como un te quiero, tanto como un abrazo sentido y no explicado, tanto como el secar una lágrima, tanto como un te necesito..., noche de reyes, noche donde solo es preciso el sentirnos libres, tan libres como un niño en pijama, con sus grandes ojos intentando ver lo que solo intuye su corazón..., latidos acelerados en su espera...
Mi viejo cestillo de mimbres añejos donde en mi infancia ofrecía alimento a los reyes magos, mágico cestillo que tienes el poder de hacerme evocar tantas alegrías sentidas, vividas, compartidas..., también recordadas, dolorosamente recordadas..., nunca volverá el niño que fuí..., siempre lo dejamos atrás.

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