Cien latidos...

Un número redondo, una cifra importante en unos casos, insignificante en otros..., en mi caso me siento muy satisfecho por lo que esta cifra significa ya que en estas lineas he conseguido materializar tantos sentimientos que incluso ignoraba el que todavía latiesen en mi interior.

Estos retazos no pretenden ser brillantes, ni puedo, ni siquiera aspiro a ello, ya que todo ello implicaría una pérdida de frescura, espontaneidad, en definitiva perdería libertad, y ello es precisamente el centro de mi vida. Cuando te inicié, no pensaba encontrar tan agradables sensaciones personales como me has proporcionado, hasta el punto de necesitar el plasmar en tus páginas, en negro sobre blanco aquellas cosas que en ocasiones solo son olvidadas emociones que me hacen vibrar como nunca imaginé..., hay algunos que no consigo el leer el final..., otros me hacen sonreír, otros me apenan..., solo son retazos, latidos de una vida, solo recuerdos, deseados, soñados, pero todos ellos vividos y sentidos plenamente, si acaso no soy sincero conmigo mismo, ¿con quien puedo serlo?.

Soy plenamente consciente de que todo lo humano tiene un final..., la primavera se asoma en los tiernos y osados brotes de los almendros, a poco que se les permita volverán a llenarnos de alegría con su color, nos anunciarán el que a pesar de todo la vida continua...