martes, 25 de noviembre de 2008

Tras el cierzo.

Frío, hace frío invernal que arrastra nuestro cierzo, acaso en su impaciencia por recorrer su ancho reino haya olvidado su verdadero tiempo, ha invadido el dulce otoño con sus ropajes del blanco frío, desnudado de sus doradas hojas a los árboles que en su otoño alfombraban sus pies, los bellos pajarillos ocupan los alféizares de ventanales orientados al templado mediodía, frío, hace frío y la noche invita al cálido embozo del lecho mientras el viento cierzo ulula en las ventanas, el viento cierzo, poderoso en su cabalgar, cual interminable ejército pasa, pasa y nunca acaba de pasar en su constante cabalgar en pos de alguna quimera.
Frío otoño, blancas cumbres, agitados valles de desnudos árboles mecidos por el viento, temprano adiós de caducas hojas..., ramas desnudas hoy..., mañana preñadas ramas reventaran una nueva vida, y sabremos que habrá llegado la primavera.

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