viernes, 21 de noviembre de 2008

Playa otoñal.

El mar en otoño es mucho más amigo, más íntimo, le veo liberado de esa barrera humana que solo están, ocupan la playa impidiendo el suave acariciar de la arena, el suave deslizar de la parte más afortunada de la ola..., las olas, acaso en su fortuna recorrieron el mundo besando el dulce y despreocupado caminar del amor sobre cálidas arenas, apenas sin dejarse notar volvieron a la ancha mar donde poderosas golpean el afilado tajamar que en su singladura se baña en las verdes y saladas coronas de espuma..., las olas, fuerza indomable que en su poderoso deseo de besar la arena, frena su ímpetu en la roca, para ya en la calma dejarse ir hacia la arena..., fina arena, suave calzada de reposado caminar, fina arena, paseo alisado por el suave llegar de las olas..., vuelve a tu eterno viaje, y grita allá donde llegues que llevas mi querer..., pasearé la playa, descalzo caminaré en la esperanza de oírte llegar, de volverte a ver, de sentirte sobre mi piel..., mi querido mar...

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