jueves, 27 de noviembre de 2008

Dignamente.

Que clase de gobernantes tenemos..., sencillamente los que pusimos como garantes de nuestros derechos de dignos ciudadanos, y disponiendo de todos los medios descubren de hoy para mañana el que esto está como está y nadie sabe como ha sido..., ¡brillante! si fuese una broma, pero la verdad es que la broma tiene cara de privación, de necesidad, cara de mucha sorpresa al descubrir que toda nuestra aparente opulencia era simplemente una careta prestada para enriquecer aún más al opulento poder, y como se arroja una colilla apagada, así la catarata del paro golpea las incrédulas caras que no ven futuro..., ni presente.
Sigamos escuchando los cantos de sirena de quienes nos llevaron a esta situación, sí, acaso oigamos y escuchemos el mismo discurso y probablemente volvamos a cometer los mismos errores, ya se sabe que el hombre es el único animal que tropieza..., y cuando aprendamos, quizás entonces levantaremos la cara del polvo y exigiremos nuestra dignidad.
Releyo un poema, cuyo autor no recuerdo...

Yo no se muchas cosas, es verdad.
Digo tan solo lo que he visto.
Y he visto.
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan
con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.

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