Treinta y tres años atrás, Septiembre, unimos nuestras vidas en busca de un futuro por compartir donde intentar dar forma y contenido a tantos sueños que nos ayudaran a enfrentarnos a un "juntos hasta el final".
La vida nos recompensó, siempre inmersos en la continua lucha diaria, pero nuestras vidas se fueron llenando de verdades..., unas alegres y otras menos alegres, pero verdades, sabiendo de ellas salíamos a su encuentro y de todas ellas aprendimos..., siempre supimos caminar hacia un común destino, elegido por nosotros, disfrutando de nuestros logros, llorando los afectos que en una vida dejamos atrás..., tantos que duele recordar.
Hoy podemos mirarnos satisfechos, menguados en lo físico, pero ha valido la pena, la vida en su lento desgranar nos rodea de vida, vida verdadera que fluye en libertad, con amor.
El verano se acaba y la vida retoma su pulso habitual..., el sabio gorrión picotea los dulces higos, sin prisa, saboreando el hoy..., para qué temer un mañana si el dulce higo está junto a él..., tú y yo, treinta y tres años.
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