Esta casa no es la que era. Ha empezado a andar, paso a paso.
Va abandonándonos sin prisa. Si hubiera ardido en pompa, todos,
correríamos a salvarnos. Pero así, nos da tiempo a todo;
a recoger cosas que ahora advertimos que no existían;
a decirnos adiós, corteses; a recorrer, indiferentes,
las paredes que tosen, donde proyectó su sombra la adelfa,
sombra y ceniza de los días.
Nada podían contra ella las horas y los vendavales
Que pensarán cuando se sepan olvidados de quienes fueron
la prueba de su juventud, el signo de su eternidad,
el pararrayos de la muerte.
Esta casa no es la que era.
Compasivamente, en la noche, sigue acunándonos. (José Hierro)
En su origen todo proyecto está cargado de ilusiones en un futuro del que desconocemos su desarrollo, casas para llenarlas de vida, casas que se van vaciando de presencia y se llenan de ausencias, casas con rincones que nos dicen de historias vividas, casas en que cabe la esperanza de otros sueños, el silencio, el recuerdo, el relevo en las voces infantiles y el sonido de sus juegos... la vida continua más allá del recuerdo...
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