domingo, 29 de mayo de 2016

Miedo a sentir.

Miedo a un te quiero, lo deseo y a pesar de ello trago saliva en una temerosa retirada que acaso solo sea una decisión prudente, es fácil decir aquello que tú esperas sabiendo de su existencia, es tan fácil el mirarte a los ojos y escuchar lo que tus labios no pronuncian, es tan fácil dejarse llevar por sentimientos sinceros que van mas allá del egoísmo propio de la soledad..., vivo de recuerdos que sustentan toda mi vida al igual que tu vida vacía  de un te quiero, tu vida y mi vida coincidentes en tantas alegrías de aquellos jóvenes años que nos dejaron el recuerdo; cuando la edad nos anuncia de forma irreversible nuestras carencias es cuando urgimos el llenar vacíos en los que se desplomaron la mayoría de nuestros sueños de juventud, no es nostalgia, solo es mirar unos ojos cansados de ver pasar la vida en pos de un sincero te quiero, solo es el deseo de secar unas lágrimas que suenan en la soledad haciéndola mayor, acaso la vida nos ha enseñado con sus duras dentelladas a tener miedo al cariño y nos hemos acostumbrado a vivir sin el cariño que solo unos labios amigos nos pueden dar en un te quiero, siento miedo de mi a pesar de renegar del conformismo de ver pasar la vida sin el cariño de una simple caricia.
Compartimos tantas alegrías entre las cuatro ilusiones que afrontamos la vida unidos en el tiempo y la amistad..., la vida nos dejó a cada uno con sus recuerdos y con nuestra común amistad, el tiempo nos enseño el valor de una simple caricia...

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