Libertad.

¡Día de...!, acaso sea necesario el que nos acogoten con mensajes llenos de ofrendas al consumo brutal de innecesarias opciones para sustituir lo que de verdad importa y que curiosamente suele ser gratuito, basta con sentir aquello que nos hace más humanos y hasta el punto de convertirse en el epicentro de nuestras vidas..., solos tú y yo, tu mano en mi mano, mi imagen en tus ojos sintiendo el latido de tu vida en mis labios, lejos del anuncio de la extraña rareza que dará vida a nuestra existencia en el día señalado por los dioses del consumo, ¡ feliz día de... !, ya somos felices, ya hemos cumplido con el previo ritual del apareamiento según las directrices de la junta reguladora de la felicidad ciudadana, no me río porque siento ganas de llorar ante el vacío generalizado que nos proporcionan aquellos que solo son capaces de amarse así mismos en su mentira y en su egoísmo..., ¿ quién puede decidir cuando amarnos?, quizás la palabra libertad ya nos suena lejana, extraña y acaso tengamos miedo de intentar el vivir abrazados a tan hermoso legado, amor, amar sintiéndonos solos en nuestro abrazo, acaso sentir tus labios dibujando un cercano ¡ te quiero ! sin marca, sin fecha, solos tú y yo...