viernes, 19 de febrero de 2016

Ellos...

Como un sueño recurrente acudes a mi despertando a tu paso tanta vida guardada en recónditos lugares del cansado cerebro..., eres como la piedra lanzada al centro del estanque que produce pequeñas olas concéntricas que alcanzan por igual la irregular orilla, ¡da igual!, todo aflora con nítida claridad, sentir el aroma maternal de la propia infancia, el calor de un abrazo que nunca volverá, la suave palabra que calmaba mis pesares, el sabor de la infancia, todo me provoca una suave sonrisa cargada de todo aquello que el tiempo dejó atrás..., ellos con sus idas y venidas desbaratan el recuerdo, ellos con sus juegos me hacen sentir el niño que creció y que nunca olvidó, ellos hacen retroceder el tiempo en su alegría de vivir, toda una vida para ellos..., vivir en la ilusión, vivir en la espera de un nuevo día, conservar las vivencias del pasado, de nuestra vida que aflora en todo aquello que nos hace vibrar, ellos eran nuestro futuro hasta que el presente nos llegó en sus voces, risas, llantos, alboroto y sobre todo, el sencillo cariño de un niño que una vez más nos hace sentir que la vida nos brinda la suficiente esperanza como para desear un nuevo amanecer...

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