En el vaho de la ventana adivino tu naciente alegría, llamas sin sonido alguno, solo tu presencia me grita un nuevo día plagado de vida por vivir, el ligero manto manto blanco cubre los desnudos campos, la hojarasca yace compacta bajo los los desnudos árboles que las hicieron crecer como homenaje a una lejana primavera, cercano borbotea el aroma del eterno café compañero de tantos planes..., el campo está vivo, plenamente vivo en las numerosas formas que lo pueblan, pequeños trinos de pequeñas aves que apenas pueden soportar su plumaje, es su tiempo, su vida al alba en la ausencia horaria de las rapaces y siento frío, me siento pequeño ante el aparente orden de la mañana y temo que solo sea un sueño, un deseo, acaso la vida solo sea un accidente en la que solo seamos testigos, ni siquiera actores de cuanto nos rodea, basta observar la vida para conocer las limitaciones personales que arrastramos alegremente y que nos conforma como personas, crece el sol sobre los montes, nos anima a vivir un nuevo día lleno de esperanzas por realizar más allá de nuestros sueños, pienso en ti y desearía abrazarte...., la mañana me empuja más allá del ahora, el sol me ofrece su cálida presencia...
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