Aunque ya hayan pasado varios días, el sentimiento permanece, con objetividad y la suficiente perspectiva para seguir sintiendo una sana envidia por la reacción popular de los ciudadanos franceses, por su orgullo nacional, por su unidad tras el himno y los colores de su país, claro que siento envidia cuando en nuestro país se muestra lo que somos sin sonrojo y agitados por unos medios que solo esperan cobrar sus servicios al mejor postor, tristemente y ojala me equivoque, tendremos oportunidad de sentir vergüenza.
Desde la pluralidad social: ¡viva España!.
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