martes, 10 de noviembre de 2015

Déjame besarte...

Son tantas las ocasiones en que me enfrento al blanco papel y casi tantas las que dejo sin acabar lo comenzado..., temo lo que dejo escapar, dejar fluir aquello que late dentro de mi sin importar mi sonrisa, no puedo evitar el sentir ni deseo olvidar y sé que me hace daño, mucho daño y no deseo ni puedo interferir en mis profundos afectos, es la eterna balanza de la vida que el destino me dio y a pesar de ello soy feliz porque se lo que es querer, abrazar, besar, la palabra amiga..., acaso la diferencia de una aparente felicidad distinta seria solamente el hastío del vacío interior, el despertar sin ver el amanecer ni sentir el primer rayo de sol ni saber de mi propio ser ni vivir los peligros reales y virtuales que constituyen la postura temerosa de quién se deja atrapar por el fantasma del miedo, porque yo tengo miedo y no es el miedo del cervatillo paralizado en la encrucijada del eterno camino, tengo miedo de vivir la gran mentira y me rebelo porque es cuanto puedo hacer en defensa de mi dignidad..., si, hoy he alzado tu mentón para besar tu frente y he visto una lágrima al borde de tus ojos, miramos al suelo y apenas vemos nuestros pies acaso porque solo escondemos nuestra mirada temerosos del rechazo, solo son los eternos miedos que nos hacen sentir la desnudez de nuestra alma, el mirar de lado para conocer la salida, yo no busco la salida, mis pies están asentados firmemente y estoy esperando a mis miedos, quiero verlos frente a mi y quizás diluirlos en el mucho amor que aún me sobra..., la vida es la eterna lucha por vivir lo que desconocemos y somos aquello que llena todos nuestros recuerdos, besaré tu frente y sonreirás....

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