viernes, 18 de julio de 2014

Violetas en verano.

Aromas de violetas como presencia de una ausencia, una más, hay tantos y tantos pequeños detalles que sorprenden con solo abrir algo que se cerró mas por no ver que por olvidar pero quedaron atrás al alcance de la mano, no vivo de recuerdos y sin embargo preciso no olvidar, atrás no quedan simples cenizas sino las razones y fundamentos de una vida, la que motivo nuestra unión llena de ilusiones y que la vida decidió por nosotros, ya no cabe el gritar al cielo ¡para qué!, aromas de violetas entre mis manos...
No quiero decir y sin embargo dejo fluir lo que solo deseo guardar para mi, lo que debería ser una alegría solo se queda en unas lágrimas sobre un ramillete de flores al borde de una pìedra, despojos de una ilusión, cansancio de caminar en solitario, todo es lento, tan lento como la realidad frente al deseo del corredor por alcanzar la meta..., ya no celebro nada, simplemente no quiero olvidar; escucho la salve marinera, escucho y siento, recuerdo y escucho mientras en mis manos el aroma de violetas asciende lentamente en un íntimo adiós, en un deseado sueño que dá vida a mis queridos recuerdos.

1 comentario:

AIRE dijo...

Mientras escribo como otros viernes en este bar con buena música de fondo y una cerveza a mano, escucho a un desconocido anciano que se disculpa porque cada vez se tiene que retirar antes (son las 23 h,) y le dice: hay que procurar ser moderadamente feliz, ya que completa la felicidad escasea. A su lado una joven también desconocida sonríe a mi perro y de paso me saluda y enseña la foto de otro que ya ni le dejan tener, y seguida e inusualmente me cuenta que siempre esta sola, que su familia no la acepta, y sus hermanos tienen todos alguna deficiencia psicológica...
Te cuento todo esto sin la pretensión de que las penas, soledades y enfermedades que hay en casi cada hogar suavicen ese zarpazo salvaje que os asesto la vida a ti y a los tuyos, aunque sabes de mi apoyo incondicional y cariño. Siempre leo.