Es distinta, es silencio, es el aroma del tomillo y del incienso que impregna a quienes de alguna manera procesionamos con acompasado y corto paso, silencioso, la íntima oración fluye, volvemos frente a la parroquia de Altabás y en ese último giro afrontamos el paso del puente de piedra donde en la fría noche suenan las roncas matracas, la Lonja, plaza del Pilar, calle de San Gil, solo almas abarrotando el espacio donde ver el paso desnudo, distinto, solo labios musitando una oración... la paz en el alma.
1 comentario:
Tu exquisita sensibilidad me hace creer en ese dios que buscas y encuentras en tu entorno. Gracias.
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