martes, 17 de abril de 2012

Amanecer.

Un minuto después , todo renace.
Las mismas cosas con distinto sol
de nuevo se proclaman, 
exigen un lugar para el presente.
Se desborda la luz por la materia
y el mundo, creación donde la vida
se sustenta, palpita con el aire.
Surge de entre la brisa -me traspasa-
un resplandor creciente, casi definitivo,
que otorga el triunfo al día
para el disfrute de un primer paisaje.
Y todo canta ardido entre los restos.
Y todo asume cierta brevedad
y participa en compañía nuestra
de un gozo persistente y legendario.
Mirad las llamaradas retorcerse en su lecho,
las alondras del fuego se derraman:
estos senderos que la luz despierta,
¿adonde nos conducen?
¿Qué nueva brecha abren
hacia que nuevos horizontes?  (R. Martín) premio Adonais.

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