martes, 26 de enero de 2010

Nada...

... ó acaso mucho es lo que queda tras el regreso, quedan vivencias en el subconsciente tan fuertes que en ocasiones condicionan nuestra vida cotidiana, analizas la vida pasada y casi siempre topamos con el muro de la sinrazón, esta vida esta hecha para transgredir en el propio beneficio... o es necesario el creer en una dimensión espiritual donde se reconforte el continuado esfuerzo de la propia generosidad y del sacrificio en aras de los demás..., es hora de regresar y es duro el volver a caminar sobre unas huellas conocidas que inevitablemente nos conducen a nuestro lugar..., ello nos hace más sabios a la hora de valorar los hechos que realmente son importantes en el devenir cotidiano y quizás una simple sonrisa nos proporciona la dosis de tolerancia frente al acérrimo desarrollo de lo socialmente correcto, ¡pobres!, somos tan frágiles en el contexto social, tenemos tanto miedo que nos perdemos nuestra verdadera vida, todo cambia cuando nos atrevemos a mirar dentro de nosotros..., a veces da miedo, mucho miedo y más cuando el destino nos pone frente a nuestra verdad..., he aprendido a valorar el infantil garabato de un niño feliz... quizás sea suficiente...

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