domingo, 5 de octubre de 2008

Hoja otoñal.

Sorprendió mis pasos, en gran medida su aparición fue una inesperada incidencia en mi tranquilo pasear, nada hacia prever su aparición..., allí estaba, inerte ante mis pies, todavía viva en su breve tránsito hacia la nada..., ¿nada?, solo un paso más en el ciclo anual, acabó su ciclo y cayó lentamente, en ese hermoso balanceo con el que caen las hojas en otoño, suave, sin apenas ruido la gran hoja cayó ante mi, anuncio del presente otoño, desnudez arbórea en su preparación para el letargo invernal, caduca hoja que ha cumplido su hermoso ciclo vital.
Te he recogido y guardado como tantas pequeñas cosas que quizás solo tengan significado para mí, pequeñas cosas que significaron el despertar de unos recuerdos importantes para mi, son esos susurros personales en que cada uno de nosotros recibimos ese pellizco en el alma que nos hace pararnos..., pararnos, mirar y ver lo que solo nosotros vemos.
Mi hoja, la giro entre mis manos como la giraba él, acaricio sus bordes, su textura, miro mis manos..., solo mis manos..., era su otoño, es mi otoño.

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