miércoles, 14 de mayo de 2008

Rosa rosada

Mi querido, mi viejo andador, crujiente gravilla bajo mis lentos pasos, suave sombra de árboles que vieron mis primeros pasos y otros pasos que nunca más pasearán tu camino, suaves aromas como llamadas amorosas y ahí sigues querido rosal preñado de rosas auténticas, hijo de no se cuantas generaciones del mismo rosal, ofreciendo la misma rosa, el mismo aroma, la misma rosa alejandrina de treinta y seis pétalos, dos flores por tallo, flor apretada, guardian de la más pura esencia de rosa, rosas que nunca cortamos, que mejor jarrón que el propio rosal.
Rosada rosa, cuatro generaciones de manos que te desearon acariciar, cuatro, a quienes con tu aroma llegaste a enamorar, cómplice silencioso de penas, alegrias, esperanzas de nuevas vidas, alborozos infantiles que queriendo tu aroma tomar descubren con ligero dolor que hasta la más bella flor tiene espinas de las que cuidar.

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