martes, 4 de julio de 2017

A solas...

Un mundo casi lleno de afecto en el que me siento inmerso y participe de tantos pequeños proyectos..., o acaso simplemente es sentir el cobijo de la manada donde todos sabemos de los demás y nos sentimos queridos, damos casi lo mejor de nosotros en el sincero deseo de cariño, ya son varios años compartiendo aficiones pero sobre todo respeto mutuo en nuestras limitadas vidas, ya no soñamos más allá del cercano mañana y somos felices.
Puede sonar a simpleza pero está claro que la vida no siempre es la eterna lucha por y para lo que en muchas ocasiones nos parece único, nosotros ya pasamos a golpes de la vida y algo hemos aprendido..., hicimos lo que creímos necesario convencidos de tantas opciones y que la vida nos llevó de su mano, nos sorprendemos compartiendo nuestros recuerdos y casi siempre con una sonrisa de amistad, dejamos fluir nuestra vida sabiendo del cariño y en el adiós crece el deseo del reencuentro, la visita cultural en grupo, saborear el simple café que nos reúne, sentirnos jóvenes en el quejido de nuestros huesos, amar lo que vemos, el cálido apretón de manos, la suave palmada en el adiós.
Hace calor y el ligero sopor de la tarde me lleva a pensar en la fortuna de poder compartir algo que en su momento creí estaba fuera de mi alcance, amo la vida porque en ella esta todo cuanto soy y fui, mis alegrías y pesares..., oigo la llegada de uno de mis niños y lo que más deseo es oír sus palabras y mirarme en sus ojos llenos de cariño...

No hay comentarios: