jueves, 4 de mayo de 2017

Perdido en el ayer.

La alegría de un reencuentro nos hace volver halla donde la vida fue generosa quizás en tan breve tiempo que nos marco un antes y un después, nos aferramos a esa imagen como solo los perdidos recuerdan, recuerdan sus esperanzas de un deseado futuro, futuro que la vida abatió como castillo de naipes, de un solo soplo..., recuerdos, tantos recuerdos que ya solo son páginas que el viento de la vida zarandea queriendo arrancarlos para enseñarnos la desnudez de nuestra vida, quizás por ello cuando el azar nos ofrece vivir un recuerdo solo despierta en nosotros una nostalgia ausente de futuro, ya no deseo reencuentros que me hablan de ayer, solo preciso el latido del ahora tan limpio como el instante de la caricia, tan ausente de futuro como unos cálidos labios..., mañana no existe, solo es futuro que alimenta nuestra vida animándonos a seguir esperando, esperando, vivir en la proximidad de una mirada tan real entre ojos que miran y ven más allá del parpadeo, mi mano en tu pecho siente el latido vivido a la espera del siguiente, vida solo es el ahora y el anterior y el siguiente solo es un breve paréntesis..., cada día se cierran eternamente los recuerdos que acompañaron parte de nuestro camino..., no espero la noche para saber del mañana, solo espero perdido en mi vida sin saber ni querer saber ¿para qué?, siento y disfruto latido a latido, sin prisa, aquí y ahora. La oscura noche despide el hermoso día que ya solo es un cercano recuerdo y así... 

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