miércoles, 15 de abril de 2015

Un día cualquiera...

Alguien muy próximo a mi afecto puso en mis manos un pequeño volumen de poesía social en la que lo cotidiano es reflejado con la crudeza de una realidad social en la que sorprende la tolerancia ciudadana hacia un mangoneo político que raya en el insulto a la dignidad del ciudadano y sobre todo a los ciudadanos excluidos del aparente bienestar social.
Siento asco de los políticos en general, más ocupados en sus "asuntos" que el desarrollo de las funciones de sus cargos, siento vergüenza, creo que nos han engañado siempre y es hora de gritar en las urnas y de comprometernos en nuestra digna lucha.
No hay melancolía, sino rabia y más escepticismo  que tristeza.

Excluidos.  
Ahora pertenezco a los excluidos,/ a los que escupen a la cara
y en cambio nada tienen que decir,
ahora los esquizofrénicos  con la mirada/ como cristales gastados por el mar
y los vientres hinchados por la olanzapina / son los compañeros con los tomo café
y observo sus bocas abiertas como si siempre / estuviesen contemplando la noche, 
ahora los jubilados que realizan todas las mañanas  
el mismo camino, con  con sus rebecas abotonadas / y sus gafas pasadas de moda
son las gentes a las que me uno,/ y las ancianas que jadean arrastrando su carro,
vestidas con alguna prenda negra / y viejos bolsos con unas escasas monedas
son las que caminan a mi lado, / ahora hombres que cojean al andar,
albañiles recién entrados en la cincuentena / que beben un sol y sombra
en bares destartalados de barrio/ cuando aún todos duermen,
son quienes conocen mi nombre,/ ahora todos ellos, 
son los que toman con dulzura mis manos.

(fragmento de Excluidos, autor : Ismael Cabezas )

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