martes, 7 de abril de 2015

Suena la noche.

Un año más, el mismo lugar en la multitudinaria espera frente a la salida de la cofradía del Ecce Homo abandonando su sede en la parroquia de Altabás para sentir la sincera y silenciosa oración, silencio y lágrimas en la fría noche, los sentimientos afloran en un profundo silencio solo roto por el característico sonido que acompaña cada año su ya tradicional salida..., tradición de tres generaciones, ausencias profundamente sentidas, sentimientos gritados en cada silencio, peregrinar por las estrechas calles del arrabal al paso del puente de piedra empujados por el amigo cierzo, murmuran las aguas del río Ebro, atrás queda Altabás y llegamos al Pilar donde se produce el encuentro devoto de cofradías, un año más de sentir la tradición familiar entorno al silencio de una oración, reencuentro de ausentes y presentes en un solo sentimiento. A cada acto le damos nuestro sentir personal y sabemos lo que compartimos con solo mirarnos en el silencio del murmullo ajeno, cerca y lejos, ausente..., existen porque los sentimos tan dentro de nosotros que no precisan de explicación alguna, alguien nos mostró el camino y nos enseño a amarlo, solo sentimos, la noche nos envuelve en su fría luz un año más...

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